marzo 29, 2011

¡Hay que plantar árboles!

           Quizás no nos damos cuenta, pero los árboles tienen una importancia trascendental en nuestra vida diaria. Tanto en el aspecto ambiental como en el social, ayudan de forma silenciosa a que nuestro planeta sea más habitable. En el ámbito medioambiental los árboles actúan como reguladores del agua y de la temperatura. También reducen la contaminación del aire y sonora. Y como no podía ser de otra forma, generan biodiversidad.
           La copa de los árboles ‘atrapan’ la lluvia. Sus hojas, ramas y tronco la canalizan hasta el suelo. De esta forma el agua no impacta directamente en la tierra y así evitan la erosión y protegen el suelo. Además los árboles dan sombra y sus hojas absorben la luz solar, ayudando a proteger tanto la flora y la fauna, como a nosotros, ‘la especie humana’. Las zonas que carecen de árboles, sobre todo las urbanas, adolecen de mayores temperaturas en los meses de estío, produciéndose un mayor calentamiento de la atmósfera. Por ello, es imprescindible, la repoblación de árboles en terrenos rurales o urbanos, ya que éstos brindan frescor y sombran, purifican el aire, frenan la erosión y amortiguan el ruido.
           Y no sólo el ruido, sino que también ayudan a disminuir la contaminación ambiental. Porque por sus copas pasa el aire y en sus hojas se quedan cenizas, humos y demás impurezas que extiende el viento. Las hojas pubescentes y la corteza rugosa en el tallo, atrapa tales impurezas.
           Sigamos sumando beneficios, porque a través de la fotosíntesis, los árboles ‘apresan’ el dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierte en oxígeno puro, enriquecido; limpiando el aire que respiramos. En este proceso las hojas también absorben otros contaminantes del aire como el ozono, monóxido de carbono y dióxido de sulfuro, y también se libera oxígeno.
           Los bosques forman las comunidades más diversas de la tierra, porque éstas proliferan bajo su protección. Muchas especies arbóreas han co-evolucionado con insectos y aves polinizadoras, dispersores de frutos y semillas y otros microorganismos del suelo. Los bosques ofrecen nichos diversos a la fauna mayor y menor, lo cual favorece la creación de nuevas especies animales y vegetales, aumentando la biodiversidad del planeta.



           Y ¿qué ocurre socialmente? Queremos tener árboles a nuestro alrededor porque nos hacen la vida más agradable. La mayoría de nosotros respondemos a la presencia de árboles no sólo admirando su belleza. En una arboleda nos sentimos serenos, sosegados, descansados y tranquilos; nos sentimos como en casa. Los pacientes en hospitales han mostrado recuperarse más rápidamente de cirugías cuando desde sus habitaciones se ven árboles. La fuerte relación entre personas y árboles es más evidente en la resistencia de una comunidad de vecinos a que se talen árboles con motivo del ensanchamiento de las calles.
           Así, que no tenemos que olvidar, que los árboles reportan muchos beneficios, y la sin razón de deforestar amplias zonas para construir, ya sean viviendas o grandes fábricas, no es la lección que debiéramos dar a nuestros hijos. Los árboles tienen espíritu y tenemos que saber escucharles.

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